Por María Laura Marcías
De noche, en los campamentos, se reúne a los chicos alrededor del fuego para contar historias y armar juegos. Entre las muchas propuestas que pueden surgir, una de ellas sería imaginarse qué animal podríamos ser en otra vida (si creyéramos en la reencarnación). Entre los cetáceos, ya sea una ballena, delfín o marsopa, tendríamos 86 especies diferentes para elegir. Imaginemos como sería…
De noche, en los campamentos, se reúne a los chicos alrededor del fuego para contar historias y armar juegos. Entre las muchas propuestas que pueden surgir, una de ellas sería imaginarse qué animal podríamos ser en otra vida (si creyéramos en la reencarnación). Entre los cetáceos, ya sea una ballena, delfín o marsopa, tendríamos 86 especies diferentes para elegir. Imaginemos como sería…
Si fuéramos muy sociales, tanto con nuestra especie como con otras, no fuéramos demasiado exquisitos con la comida, disfrutáramos tanto del frío como del calor, nos gustara “surfear” las olas y hacer piruetas, definitivamente seríamos un delfín mular (también conocido como nariz de botella o tonina). Habitaríamos prácticamente cualquier océano del planeta, desde las aguas templadas frías hasta las tropicales. Surcaríamos las olas de proa de los barcos, ejecutaríamos saltos y giros bien coordinados, pasaríamos el día haciendo sociales con otros delfines y con humanos también, por qué no. Comeríamos peces, calamares, invertebrados, en fin, lo que hubiera disponible.
Si nos gustara mucho la música y por otro lado tuviéramos mucha resistencia para recorrer grandes distancias sin cansarnos, a paso lento pero seguro y nos gustara viajar y recorrer el mundo, probablemente seríamos una Ballena Jorobada. Estas migran más de 6000 kilómetros (a una velocidad de 8 km por hora) desde los trópicos hasta las aguas antárticas (en el hemisferio sur) para alimentarse. Emiten secuencias de sonidos largas y complejas, como verdaderas canciones. Citando a Roger Payne; “El ritmo de la canción es muy lento y grandioso, y parece basarse en el ritmo lento del oleaje oceánico —el ritmo del mar—, lo cual no es sorprendente, dado que ha de ser el ritmo más familiar para las ballenas, inmersas en él y mecidas delicadamente por ese oleaje durante sus vidas”.
Si por otra parte, lo nuestro fueran los deportes extremos, batir récords, bucear, ser temerarios y arriesgados, reencarnaríamos en la próxima vida como un cachalote. Éstos, se sumergen hasta los 3000 metros de profundidad en busca de su alimento: los calamares gigantes. Las profundas cicatrices que se pueden apreciar en la piel de este cetáceo demuestran que la batalla que se libra en esos encuentros no es nada fácil de ganar.
Si fuéramos líderes naturales, grandes estrategas, nos gustara fijar y perseguir un objetivo en particular, y trabajáramos en equipo para conseguirlo, seríamos orcas. Se encuentran en la cima de la pirámide alimentaria de los océanos, son animales muy inteligentes. Para cazar peces y calamares utilizan verdaderos rastreadores (su ecolocalización), manteniéndose en continuo contacto sonoro. En cambio, si la presa es otro cetáceo la estrategia es totalmente diferente, pues éstos también poseen un oído muy desarrollado. El rastreo se efectúa en silencio, y todos trabajan coordinando el ataque para debilitar a la víctima, algunos muerden las aletas y otros la boca forzándole a la presa a abrirla pues lo que comen es su lengua. También son capaces de varar intencionalmente para atrapar a las crías de lobos marinos cuando éstas recién comienzan a dar sus primeros pasos en el agua. ¡Evidentemente, no querríamos reencarnar en uno de estos animales cuando hay orcas cerca!
En fin, podríamos ser el delfín rosado si éste fuese nuestro color favorito, el enigmático y esquivo zifio de Longman, la pequeña e hiperactiva marsopa de Dall o una pacífica, curiosa y magnífica Ballena Franca Austral. Sin importar qué especie de cetáceo fuéramos, tendríamos la oportunidad de maravillar y sorprender a la especie humana con nuestras habilidades, personalidades y formas de vida. Y también tendríamos la oportunidad de enseñarles sobre el fascinante mundo marino y así aprenderían a quererlo ¡y cuidarlo!.
Fuentes:
- Conferencia del Dr. Roger Payne – bolsa de Comercio de Buenos Aires – 27/05/2008
- Ballenas, Delfines y Marsopas – Carwardine y otros – 1999
- “Ballenas y delfines” – Animales Estrella 1998
Actividad
Buscá otras especies de cetáceos y sus características y pensá qué especie podrías ser vos y por qué. Envianos tus ideas a icb@icb.org.ar
¿Sabías que…?
Para algunos aborígenes norteamericanos, australianos y de la Polinesia, los delfines serían mensajeros de los dioses. En la Polinesia se cree que los espíritus de sus ancestros toman la forma de delfines (reencarnan), que protegen sus canoas y salvan a quien se encuentre en peligro en el mar.
40vo aniversario del Programa Ballena Franca Austral -1970 -2010
Adopta una ballena y así nos ayudaras a seguir trabajando en pos de la conservación de las ballenas y su medioambiente. !Con tu kit de adopción recibirás una bolsa ecológica para que entre todos cuidemos al planeta !
Adoptá una ballena ! www.icb.org.ar
Participaron de esta lista franca junior: Liliana San Gil, María Laura Marcías.
Si fuéramos líderes naturales, grandes estrategas, nos gustara fijar y perseguir un objetivo en particular, y trabajáramos en equipo para conseguirlo, seríamos orcas. Se encuentran en la cima de la pirámide alimentaria de los océanos, son animales muy inteligentes. Para cazar peces y calamares utilizan verdaderos rastreadores (su ecolocalización), manteniéndose en continuo contacto sonoro. En cambio, si la presa es otro cetáceo la estrategia es totalmente diferente, pues éstos también poseen un oído muy desarrollado. El rastreo se efectúa en silencio, y todos trabajan coordinando el ataque para debilitar a la víctima, algunos muerden las aletas y otros la boca forzándole a la presa a abrirla pues lo que comen es su lengua. También son capaces de varar intencionalmente para atrapar a las crías de lobos marinos cuando éstas recién comienzan a dar sus primeros pasos en el agua. ¡Evidentemente, no querríamos reencarnar en uno de estos animales cuando hay orcas cerca!
En fin, podríamos ser el delfín rosado si éste fuese nuestro color favorito, el enigmático y esquivo zifio de Longman, la pequeña e hiperactiva marsopa de Dall o una pacífica, curiosa y magnífica Ballena Franca Austral. Sin importar qué especie de cetáceo fuéramos, tendríamos la oportunidad de maravillar y sorprender a la especie humana con nuestras habilidades, personalidades y formas de vida. Y también tendríamos la oportunidad de enseñarles sobre el fascinante mundo marino y así aprenderían a quererlo ¡y cuidarlo!.
Fuentes:
- Conferencia del Dr. Roger Payne – bolsa de Comercio de Buenos Aires – 27/05/2008
- Ballenas, Delfines y Marsopas – Carwardine y otros – 1999
- “Ballenas y delfines” – Animales Estrella 1998
Actividad
Buscá otras especies de cetáceos y sus características y pensá qué especie podrías ser vos y por qué. Envianos tus ideas a icb@icb.org.ar
¿Sabías que…?
Para algunos aborígenes norteamericanos, australianos y de la Polinesia, los delfines serían mensajeros de los dioses. En la Polinesia se cree que los espíritus de sus ancestros toman la forma de delfines (reencarnan), que protegen sus canoas y salvan a quien se encuentre en peligro en el mar.
40vo aniversario del Programa Ballena Franca Austral -1970 -2010
Adopta una ballena y así nos ayudaras a seguir trabajando en pos de la conservación de las ballenas y su medioambiente. !Con tu kit de adopción recibirás una bolsa ecológica para que entre todos cuidemos al planeta !
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Participaron de esta lista franca junior: Liliana San Gil, María Laura Marcías.
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